Rodeada por un Parque Nacional, esta extraordinaria finca fue construida con técnicas tradicionales francesas. Ofrece vistas perfectas del gran Barú y exuberantes suelos en las altitudes más altas del codiciado Boquete. La propiedad posee los derechos documentados de un manantial de gran altitud, así como de otros dos manantiales dentro de sus límites. Con una imponente vista del Barú y de las llanuras que se extienden hasta el Pacífico, esta residencia exhibe una arquitectura audaz pero integrada con el medio ambiente. La residencia principal cuenta con cocina y baño privados en la planta baja, y un dormitorio tipo loft y una oficina en la segunda planta. La notable carpintería está vista y los tonos de la rica madera aportan calidez al concepto abierto. Rodeada por una amplia terraza, hay un amplio espacio al aire libre para disfrutar del aire fresco de la montaña. El edificio común cuenta con una acogedora sala de estar con mesa de comedor de borde natural, chimenea de leña, baño y una cocina de calidad profesional para preparar comidas para los huéspedes y producir cestas para la venta. Siga el sendero de ladrillo que sube y pasa estos edificios hasta llegar a otras mesetas donde se encuentran las tres cabañas. También se puede acceder a las cabañas en vehículo, a través de un camino de grava que atraviesa el centro de la propiedad. Las vistas desde las cabañas son exquisitas y no se ven interrumpidas por los edificios de abajo, gracias a los techos verdes y la topografía natural de la finca. Los diseños son modernos y de líneas limpias, y resultan excepcionalmente acogedores, con acabados importados ornamentados y chimeneas de hierro fundido.